terça-feira, janeiro 31, 2006

SONETO A JOSE ANTONIO V

SONETOS EN LAS HONRAS A JOSE ANTONIO


El rastro de la Patria, fugitivo
en el aire sin sales ni aventura,
fue arrebatado, en fuego, por la altura
de su ágil corazón libre y cautivo.

De la costra del polvo primitivo
alzó la vena de su sangre pura
trenzando con el verbo su atadura
de historia y esperanza, en pulso vivo.

Enamoró la luz de las espaldas,
armó las almas, sin albergue, frías,
volvió sed a las aguas olvidadas.

Dio raíz a la espiga y a la estrella,
y, por salvar la tierra con sus días,
murió rindiendo su hermosura en ella.


Dionisio Ridruejo

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